El mercado global ha atravesado períodos de grandes competencias científicas y tecnológicas, principalmente después de que la nanociencia y la nanotecnología hayan sido reconocidas como una tendencia clave en la ciencia y tecnología del siglo XXI, lo que ha impactado en muchos aspectos de la vida humana. El nivel más alto de desarrollo en nanotecnología se encuentra en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, que invierten alrededor de mil millones de dólares al año, concentrando en conjunto cerca de la mitad de las inversiones en el mundo. Sin embargo, países como Rusia, China e India han realizado importantes inversiones en el sector en los últimos años.
El principio de esta nueva ciencia es que los materiales en esta nanoescala pueden tener propiedades químicas, físico-químicas y de comportamiento diferentes a las presentadas en escalas mayores. La producción de nanocosméticos, concretamente hablando, se inserta en la industria cosmética convencional a nivel mundial, constituyéndose en una línea de productos diferenciados basados en la nanotecnología, generalmente se clasifica como un sector específico de la industria química junto con los productos de higiene personal y perfumería.
La tecnología de orientación cosmética se centra, sobre todo, en productos destinados a la aplicación cutánea y corporal, antiedad y fotoprotectores, capaces de penetrar las capas más profundas de la piel potenciando los efectos del producto. Esto se puede describir como “formulaciones cosméticas con principios activos y otros ingredientes nanoestructurados que presentan propiedades superiores en términos de rendimiento en comparación con los productos convencionales”. En el sector cosmético, los nanomateriales, como las nanopartículas, están presentes en champús, acondicionadores, pastas dentales, cremas antiarrugas, cremas anticelulíticas, blanqueadores de piel, humectantes, after-faciales, lociones para después del afeitado, desodorantes, jabones y fotoprotectores, Entre otros.
En el caso de los productos cosméticos, es necesaria una elección cuidadosa del tipo de vehículo que se utilizará para una determinada sustancia activa, en vista del propósito para el que se propone su uso. Los productos que están destinados a permanecer en la piel, sin que se produzca su absorción, como es el caso de los filtros solares, por ejemplo, deben estar formulados para cumplir con este uso. Por tanto, la mejor forma de incrementar el rendimiento de una sustancia o molécula en una formulación cosmética es el desarrollo de un sistema de liberación apropiado. Por ejemplo, las nanopartículas que contienen moléculas específicas han podido penetrar a mayores profundidades (por encima de 60 μm) dentro de la piel, comparativamente cuando solo se disuelven en vehículos como el propilenglicol. En este caso, aparentemente, el cambio de distribución se explica en parte, por la alteración de la actividad termodinámica que resultó en un aumento del coeficiente de partición realizado en el estrato córneo.
Por otro lado, cuando se desea un mayor grado de penetración, se pueden utilizar determinadas propiedades de las nanopartículas para cumplir este propósito. Los primeros productos que se ofrecieron para combatir las arrugas, tomando como ejemplo, se limitaron a exfoliar la zona más superficial de la epidermis, la capa córnea. En la década de los 70 aparecieron las cremas cuyas formulaciones contenían sustancias que lograban penetrar en la piel, siendo el límite la capa córnea. Ya en la década de 1980 aparecieron los alfa-hidroxiácidos, con una capacidad de penetración ligeramente superior. En 1990 aparecieron los liposomas, que penetraron aún más profundamente en la piel, pero no hasta la capa basal. Sin embargo, en la actualidad, se hace mayor hincapié en la dermocosmética con acciones diferenciadas, como es el caso de la nanocosmética, en la que, por ejemplo, se busca un resultado más eficaz sobre las arrugas con una penetración más profunda de las partículas en la piel, pero sin el riesgo de alcanzar la circulación sanguínea.
Las ventajas de utilizar la nanobiotecnología en la producción de nanocosméticos y formulaciones dermatológicas surgen de la protección de los ingredientes de la degradación química o enzimática, y de controlar su liberación en la piel siguiendo tres propiedades básicas: mejor absorción, acción prolongada y un ”toque más ligero”. Es nuestra creencia en BIOEXTRACTO, que estos conceptos en nanocosmética pronto serán totalmente aceptados tras los claros resultados y beneficios demostrados por esta tecnología a nanoescala.